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domingo, 19 de octubre de 2025

El progresismo, preparado para el último asalto

 Artículo de 1967

  Hay que prepararse contra lo que se prepara  

 Siguen subsistiendo los graves peligros que para la fe de los fieles y la vida de la Iglesia constituyen la llamada «línea conciliar». Durante estas últimas semanas, la plaza de San Pedro ha quedado más vacía de lo que era de esperar en momento de congoja, con motivo de la intervención quirúrgica de que ha sido objeto el Papa Montini. Las reacciones y emotividades del pueblo romano son un indicador que refleja con fidelidad el estado de ánimo del mundo católico. Estamos muy lejos de aquellas masivas manifestaciones de fieles del pontificado de Pío XII. El instinto de los fieles creyentes se agudiza más y más cada día. Ahora ha detectado que el progresismo ya está preparado para el último asalto que pretende la definitiva desintegración del catolicismo que aún no ha entrado en la vía del «aggiornamento».

 Esta es la impresión que de estas últimas semanas se ha captado desde esta Francia cristiana que uno lleva tan dentro del corazón por causa de la continua convivencia con sus fieles más infatigables y sus sacerdotes y religiosos más abnegados y prácticamente perseguidos por el progresismo dominante.

 Un paso más hacia la congoja y el peligro para la fe de los fieles lo constituye la Comisión de teólogos para «aconsejar» a la Congregación que ha sustituido al antiguo —y disuelto— Santo Oficio. Ya que no es posible negar la existencia de muy graves errores, se pretende ahora demostrar —mediante la teología progresista — que no son tales errores, sino sólo malentendidos. Y, en consecuencia, se viene insistiendo cada vez más en «una nueva formulación de los dogmas» porque ahora resulta que en la forma en que fueron expuestos desde San Pedro hasta Pío XII —dicen los progresistas— no los puede entender el «hombre moderno».

 Afortunadamente, no es necesario discurrir mucho para comprender que es totalmente falso que el hombre de nuestro tiempo no puede comprender los dogmas bajo la formulación preconciliar. El gran número de convertidos a la fe católica después de la segunda guerra mundial acreditan sobradamente que los dogmas católicos son comprensibles para el hombre de la época actual.

 Suelen olvidar los actuales innovadores de que, a veces, no es solamente la mente humana por sí sola suficiente para penetrar en el sentido íntimo de un dogma y comprenderlo. La intervención del Espíritu Santo —¿creen en él ciertos sectores «renovadores» y progresistas?— es, con la intensidad a cada caso adecuada, un factor primordial.

 No es, pues, como impúdicamente ahora se dice, la «insuficiencia de la Curia Romana» —y el Magisterio Eclesiástico desde San Pedro hasta Pío XII— en materia teológica lo que ha creado el actual estado de confusión, sino las fantasías de los teólogos progresistas, cuya actuación impune no puede dejar de ser objeto de gravísima preocupación. Su muy reciente ofrecimiento de «ayuda» no es más que una maniobra de más profunda infiltración. Además, salta a la vista el decidido propósito progresista de proceder a la metódica y progresiva destrucción de aquellos sectores hasta ahora inconmovibles de la Curia Romana a través de Comisiones y órganos paralelos a las Sagradas Congregaciones.

 Porque éste ha sido el procedimiento —a través de la consiguiente comisión o «Consilium», y de quien le ha dado sus máximos alientos— utilizado con la liturgia, cuya Constitución conciliar ha sido desfigurada y vaciada de contenido por las instrucciones y decretos sucesivos que han venido aprobando, por etapas, lo que anteriormente era considerado como herejía. Así ha quedado prácticamente anulada la Constitución Litúrgica aprobada en el Concilio.

 Por idéntico procedimiento de la «ayuda» de Comisiones postconciliares se intenta triturar todo lo demás; y en el caso de la «Comisión de teólogos» que se proponen «aconsejar» a la Congregación que ha reemplazado al extinto Santo Oficio se intenta conseguir, con la tan cacareada «nueva formulación de los dogmas», que lo que consideramos ahora herético nos sea presentado dentro de unos meses o unos años como la expresión de lo que habían sido las verdades de la fe, ahora «redescubiertas» por los teólogos de cuño progresista.

 Con Comisiones y métodos similares, que se interfieren en las actividades específicas de las Sagradas Congregaciones, sigue persistiendo el esfuerzo de destruir, inutilizar o neutralizar a los actuales componentes de la Curia Romana que no se han dejado avasallar prácticamente ni acomplejar ideológicamente por la tan frecuentemente invocada «línea conciliar» que cumple a maravilla su propósito de desmantelar y eliminar cuanto se le confía.

 No nos sorprendería el intento de que varios Prefectos de Congregación y otras funciones del gobierno de la Iglesia fuesen reemplazados por elementos progresistas, sea mediante eliminación de la institución misma o sea reduciéndola a un simple órgano administrativo. Tal maniobra ya está en marcha.

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EL «I-DOC» SABE ELEGIR

 En anterior crónica daba cuenta detallada a los lectores de ¿QUE PASA? de cuáles eran los antecedentes y ulteriores actuaciones de la organización progresista I-DOC. Asimismo fueron informados nuestros lectores de su actuación durante el Sínodo Episcopal que hace poco tuvo lugar en Roma.

 Es necesario consignar, ampliando anteriores referencias, que, bajo los auspicios de I-DOC (Information et Documentation sur l’Eglise Concillare), existe un llamado «Comité Internacional pour le Developement de l'Information et de la Documentation Religieuse», organizado a escala mundial, cuya sede está situada —aunque parezca increíble— en la mismísima Via Santa Maria dell’Anima, de Roma.

 Ha quedado de manifiesto, en repetidas ocasiones, su carácter extremadamente progresista. Un boletín editado por la organización citada nos ha informado de cuáles son los miembros españoles del precitado Comité Internacional, dato extraordinariamente interesante gracias al cual se puede comprender aún mejor el origen de ciertas actuaciones y actitudes.

 Según dicha publicación son miembros de dicho organismo internacional progresista íntimamente ligado al I-DOC famoso: Rvdo. P. Arias («Pueblo»), Rvdo. don Cipriano Calderón («Ecclesia»), Rvdo. D. R. Doucastella (ISPA, Barcelona), Rvdo. don José M. González Ruiz «Siglo XX»), Rvdo. don Jesús Iribarren («Ya»), don Enrique Miret Magdalena («Triunfo»), Rvdo. don Antonio Montero (PPC») y Prof. don Joaquín Ruiz Giménez («Cuadernos para el diálogo»).

 ¿Comentario? Es innecesario. Ya advierte el Evangelio que por sus frutos los conoceréis»... Solamente cabe recomendar que estos datos sean siempre tenidos en cuenta. (…)

 A . ROIG

  Revista ¿QUÉ PASA? núm. 206, 9-Dic-1967