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miércoles, 8 de octubre de 2025

Los tres senadores militares, contra la Constitución

 

  NINGUNO DE LOS GENERALES

 Los tres senadores militares han rehusado conceder el voto a la Constitución atea y antinacional que se impondrá al sufrido pueblo español por el consenso “moncloaca”-marxista. Con rapidez diligente, el señor Gutiérrez Mellado (ministro de Defensa) ha aclarado que a los Ejércitos sólo los representa el Rey. Pero Gutiérrez Mellado olvida que fue precisamente el Rey el que designó a los senadores militares. Y ¿no lo hizo para que los Ejércitos se hallasen representados en la Cámara? No hay duda de que muchos civiles y militares lo interpretaron así y, si hubo error en tal interpretación, no es el ministro del Gobierno ucedista el indicado a rectificarlo, sino acaso el propio Monarca o persona autorizada por éste. Lo que no ofrece la mínima vacilación y no cabe desvirtuar es el hecho de que la Ley de Reforma Política (1976) contó con el voto negativo de todos los generales procuradores en Cortes y que la Constitución no ha contado con ninguno positivo de los militares miembros de las Cámaras y designados precisamente en su calidad de tales. ¿No es eso representativo? Entonces, ¿qué lo es?

 Y lo que nadie negará es que resulta más que significativa la notoria falta de sintonía de Gutiérrez Mellado con el Consejo Superior del Ejército a propósito de la legalización del PCE (1977) y con los generales miembros de las Cortes a propósito de la Reforma Política y de la Constitución.

 Y lo que ya cae en el colmo del ridículo es que “El País” venga ahora, sin respetar la libertad de voto, a reclamar determinadas adhesiones y acatamientos de dichos senadores militares. Claro que no es extraño cuando dicho vespertino está dirigido por quien menospreciara hace muy poco, pública e impunemente, a los militares españoles -además de a la “Dictadura”, que ha cometido el error de darle de comer, con los estipendios de los cargos oficiales desempeñados por ese director, Juan Luis Cebrián, y su familia más inmediata -el cual quizás se halla capitidisminuido para comprender que el eje diamantino de todo militar digno de tal nombre es aquél que expresaba el comandante de Sant Marc, al proclamar: “A un soldado pueden pedírsele muchas cosas, incluso puede pedírsele que muera; en su profesión. Lo que no puede pedírsele es que traicione, que se retracte, que se contradiga, que mienta, que sea perjuro”.

 Ramón de Tolosa


Revista FUERZA NUEVA, nº 618, 11-Nov-1978

 

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