LA MASONERÍA EN ACCIÓN
No lo
percibimos, porque actúan en la sombra, en las tinieblas de la Antiespaña (1978). Y lo hacen con la mayor
impunidad, con una tolerancia total por parte de los responsables en el
Gobierno de la nación. Nos referimos a los masones, adoradores del llamado
Gran Arquitecto del Universo, auténtico Anticristo. Su número todavía no es
grande, pero sí su acción, que se va extendiendo por toda la geografía
española, entre conciliábulos y “tenidas” secretas, cuyo objetivo es la
destrucción de los valores cristianos y de las esencias nacionales, que están
siendo destruidas con saña, paulatinamente, por el marxismo, el comunismo y
el separatismo, a los que se une en su actividad la masonería, cuya
legalización en España, según fuentes dignas de crédito, parece ser
inminente.
¿Cuántos son?
No hace mucho
ha visitado España, en nombre de la Internacional Masónica, con sede en Roma,
el destacado venerable hermano francés Pierre Leveque. Se detuvo de una
manera especial en Cataluña, donde está haciendo grandes progresos la
masonería. El objeto de la visita del masón francés fue acelerar la formación
de logias e incrementar el número de V. H. españoles. Sus consignas han sido
claras. Las principales de ellas: lograr la infiltración de masones en los
órganos de Gobierno y en la Administración y conseguir de los mismos una
fuerte presión para que la masonería sea de nuevo legalizada.
Sobre este
asunto es interesante leer el extenso comentario-reportaje publicado en mayo
en “Arriba” (lo cual es lógico dada la actual “línea” de este diario oficial)
-y reproducido en junio por otros periódicos-, por el bien informado, respecto a las “tenidas”, Fernando
Cano. El firmante del trabajo “Tras cuarenta años de persecución, inminente
legalización de la Masonería” sabe -nosotros lo adivinamos- las fuentes en
que “bebió” y cuáles fueron los “mentores” que le impulsaron a escribir en el
órgano gubernamental su trabajo, que, a la postre, no es otra cosa que una
propaganda, una defensa y una pura exaltación del cabalismo masónico.
No nos
descubre ningún secreto que son los masones españoles que se refugiaron en
1939 y años siguientes en Méjico, fundadores del Gran Consejo Masónico, los
que más están laborando e influyendo para la reactivación de la masonería,
habiéndose creado el 18 de marzo de 1978, en Madrid, el Gran Consejo de
España, al que se han unido los masones que estaban exiliados en Francia,
Bélgica y Holanda.
¿El porqué de un odio a España?
La Masonería
de nuevo en acción, con espíritu revanchista. Muchos de los males de toda
índole que está sufriendo nuestra nación actualmente se deben a la actividad
masónica. Actitud de los partidos políticos, posturas de las altas finanzas,
degradación de las buenas costumbres, desarraigo de la religiosidad, ataques a
instituciones militares y de Orden Público, siembra de la confusión en los
medios nacionales, resquebrajamiento de la unidad de la patria, laicismo en
la enseñanza y cien añagazas más son producto de las consignas masónicas.
Ante este
panorama, ante el que debemos estar alertas, muy alertas, bueno será recordar
la carta que el 17 de abril de 1946 dirigió el Generalísimo Franco al
entonces arzobispo de Zaragoza monseñor Domenech Valls. La histórica carta
dice así:
“Mi respetado
prelado: la condición de católico y anticomunista que caracteriza al régimen
español han hecho de España el blanco predilecto de los ataques de la
masonería y del comunismo. La masonería y el comunismo persiguen,
indudablemente, fines distintos en nuestra Patria:
La primera
quiere hacer de ella una República liberal, capitalista, masónica y atea; el
segundo, un Estado comunista regido por un gobierno vasallo de Moscú, pero
sus intenciones coinciden en un primer escalón: en derrocar al régimen
actual.
Para
conseguir esto, necesitan debilitarlo, rompiendo su unidad y acallando
cuantas voces puedan alzarse en el exterior en defensa nuestra. Mediante las
más viles y calumniosas campañas se pretende el sarcasmo de presentarnos ante
el mundo como un “peligro para la paz”, recurriendo a todo género de
maniobras de corrupción, de explotación de intereses, resentimientos y
vanidades. Se trata de llevar la disgregación al cuerpo social español para
dividirlo y aniquilarlo después.
La masonería,
que no repara en los medios para el logro de sus fines, ha llegado a la más
monstruosa de sus concepciones: planear la siembra de recelos entre la Santa
Iglesia católica y el Estado Español, a fin de que ni la propia Iglesia, y
con ella los católicos del mundo, sientan simpatías por el único Estado
verdaderamente católico que hoy existe.
Se conoce con
absoluta certeza la existencia de una consigna masónica de realizar una hábil
y solapada campaña entre personas aparentemente religiosas o excesivamente
buenas y aptas por su apocamiento para ser amedrentadas, a fin de sembrar la
inquietud entre los sectores más destacados del catolicismo español y de que
esta inquietud trascienda hasta los propios prelados, haciéndoles creer en su
significación que la adhesión al régimen compromete el porvenir de la Iglesia
española.
Como quiera
que se tienen noticias de personas que han recibido el encargo de propagar
suavemente estas insinuaciones y las han denunciado, lo que ha confirmado que
de la existencia de la consigna se tenía, y también de prelados que han
recibido o rechazado estas insinuaciones, creo conveniente poner en
conocimiento de Vuestra Excelencia reverendísima estas maquinaciones a fin de
que, prevenido, pueda más fácilmente ayudar a deshacer esta confabulación y
darse cuenta de las personas que, consciente o inconscientemente, se prestan
al juego, de las que muchas de ellas no serán del campo masónico, sino
seguramente gente pías y positivamente buenas, pero de temperamento débil,
que hayan sido influenciadas por perversos que convendría conocer”.
La actualidad
de estas proféticas palabras de Franco es palpitante en nuestros días. ¡Atención
católicos ante el contubernio masónico!
Leo ANDREY
Revista FUERZA NUEVA, nº 616, 28-Oct-1978
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